Los movimientos de la danza oriental trabajan en su totalidad la musculatura del abdomen y favorecen el tono del suelo pélvico, además ayudan a minimizar algunos síntomas producidos durante el embarazo, el parto, reglas irregulares y la menopausia.
La danza oriental es un baile que además de resultar divertido, aporta beneficios tanto físicos como psicológicos para la persona que la pratique. Según explica la Doctora Carolina Walker, fisioterapeuta y colaboradora de Centradaenti, aumenta enormemente la autoestima, mejora la flexibilidad y tonifica la musculatura del suelo pélvico. "Trabaja toda la musculatura del abdomen a la vez que moviliza todos los órganos y la pelvis, algo que pocos ejercicios consiguen", detalla.
El suelo pélvico, tal como explica la experta, es un conjunto de músculos que cierra la cavidad abdominal a modo de "puente colgante". Este puente mantiene los órganos pélvicos (vejiga, útero, vagina y recto) en su sitio y se encarga de que funcionen correctamente. El exceso de peso, el estreñimiento o momentos vitales de la mujer como el embarazo, el parto vaginal o la menopausia pueden debilitar esta zona provocando pérdidas de orina, prolapsos o relaciones sexuales dolorosas.
Para reforzar esta zona es aconsejable, tal como señala la Dra. Walker practicar movimientos de cadera y musculatura abdominal como los que contempla esta hermosa y milenaria disciplina, cuyos beneficios son los siguientes:
1. El vientre se convierte en una parte fundamental del cuerpo. Los movimientos de la danza oriental trabajan la musculatura y la flexibilidad de todo el cuerpo, pero en especial la zona abdominal, lumbar y pélvica.
2. Ayuda a corregir la postura corporal. Permite "tomar conciencia de tu cuerpo y de la postura que adoptas en cada momento". Así, la bailarina asegura que resulte más fácil corregir malo hábitos posturales en el día a día y no sólo durante la práctica de la danza oriental.
3. Favorece la digestión, reduce los dolores menstruales y combate el estreñimiento, tal como revela la Dra. Walker.
4. ¡Adelgazante! La danza oriental ayuda a quemar alrededor de 300 calorías por hora y favorece el movimiento y lubricación de las articulaciones, de modo que también contribuye a prevenir la artrosis.
5. Mejora la autoestima. Tal como explica la profesora Del Castillo, la danza del vientre ayuda a "conectar contigo misma, aceptar tu cuerpo tal y como es y te olvidas de los complejos o de aquello de lo que te sientes menos orgullosa, como por ejemplo los michelines".
6. Está indicada para tratar ciertas disfunciones sexuales que pueden tener relación con el suelo pélvico o la falta de libido; además de ayudar a complementar el tratamiento de situaciones de dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), vaginismo (imposibilidad de penetración) y anorgasmia (ausencia de orgasmo). También contribuye a evitar los síntomas de la menopausia.
7. Aumenta la sensualidad desde un estado de conciencia sagrado hacia tu diosa interna y te hace más feliz. Practicar danza del vientre enseña, según explica Del Castillo, a liberar una energía especial poderosa, cargada de sensualidad, naturalidad y femineidad. Y si a esto sumamos que, al hacer ejercicio, se liberan endorfinas, es habitual que su práctica genere sensación de bienestar.
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Angelina Masud. Bailarina profesional, solista multi-campeona internacional, coreógrafa y maestra diplomada de Danza Oriental y Folklore Egipcio.